SILENCIO 1336
Haces como que no pasó nada
Fue solo una brasa ardiente
Que en silencio soporté
Cómo me quemaba el alma,
Hacía de ella cenizas,
Mientras hablabas pausada
Con la rabia contenida
Queriendo que fuese trizas,
Para conciliar posturas,
Sin que nada se olvidara
No me fuese yo a creer
Que aquello de ha ya diez años
A quien llamaste tu, Juan,
Se quedase en nada.
El silencio me abrasaba,
Más aún que tus palabras
Cuando no recordaste que tú
Fuiste la que me llamabas;
Que regresase del cielo
Y bajase a las entrañas
De tu mundo pendenciero
Para ser preso de tus celos
Encadenado a tú casa,
Encadenado a tú verbo.
No me sale hacer sufrir
Ni urdir insultos feroces,
Quise pues consentir,
Guardando silencio entonces
En regresar a tu nido,
Ofrecerte mis muñecas
Que pudieras engrillar
Ofrecerte mis tobillos,
Y dejarme encadenar
Muerto de remordimiento.
No comprendiste, mujer
Que a pesar de serte infiel
Yo te seguía queriendo
Y no te dejaré de querer;
Pero no podrás nunca exigirme
Que en el último reducto
De mí roto corazón
Guarde como una joya
Los recuerdos que conservo
Y que en silencio de noche
En lugar de ser tú amante,
Visito esos recuerdos
Y nunca duermo,
Hasta que los riego con llanto
Por no quererte hacer daño
Y abandónalos yertos.
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