SILENCIO 13330
Fue un instante
Una ráfaga de viento
En una espantosa tormenta.
No estaba allí Violante
Para mandarme a escribir
…más lo hice.
No te pudiste hurtar
Al destello,
A la luz,
Al deseo en tus ojos al mirarme,
Furiosa.
Querías ser dios en Sodoma
Atila pisoteando Roma.
Esa mirada te delató;
Podrás hacer de tu lengua
La espada de un Samurái
Y someterme a tortura,
Mil cortes,
Dolorosos cortes de
alma
Desangrándome de amor.
Sabes que nunca te dañaré,
Cómo no hace daño
Céfiro en las alas del vencejo
Las olas en amuras viajeras
Lenguas de fuego lamiendo madera
Para poder calentar.
Así es tu amor por mí,
Quisieras poder odiarme
Hacer sencillo lo imposible
Despedirme sin llorar,
Partirme el corazón sin temblar.
Pero en ese destello traidor,
Me escribiste el soneto de amor
Más tierno,
Más delicado y dulce
Que el amante entregado
Quisiera poder regalar.
Nos amamos,
Bien lo sabes,
Pero me quieres tan exclusiva
Que ni respirar me dejas
Y preferirías verme muerto
Para ti sola,
Entero y yerto
Cómo una Juana de leyenda,
Antes que cualquier otro
Haga de su mirada,
Cómo hoy me miras tú
Una caricia que en lugar
De hacerme llorar
Me haga querer desear
Que sea caricia sin fin.
Y cuando al fin, de la espalda
Dejando en la lejanía
Gritos de viuda bíblica,
Comprenderás con el dolor en las venas
Que aguanté a duras penas
Ese amor que me asfixiaba,
Ese tu amor de condena
Que al fin dejó de ser amor
Para ser una triste pena,
Obligándome a marchar
Lejos de tu mirar, y aún llorando
Poder dedicarte versos;
Porque habrá amores iguales
Pero como el que yo aún te tengo
Que me desborda a raudales
Cesará cuando me muera
Y aún así quedarán estos versos
Para que la gente sepa,
Que fue en Silencio,
Siempre el maldito Silencio
El que guardó como en cofre
Todo el amor que te tengo.