Como decirte que te amo sin deseo,
Como no llorar sabiendo de tu penar,
Te mirare en silencio para quererte
Desgarraré mi garganta muda para escapar.
Los cobardes chillan implorando,
Los valientes gritan sus miedos,
Los que como yo aman como ángeles
Sin carne a la que adorar,
Solo nos quedan sufrir oyendo y callar.
En nuestro silencio está nuestra sentencia;
Una perpetua en aislamiento
Donde de no hablar, dejas de mirar,
De no sangrar, el alma da un grito inane
Dejas de escuchar, hasta dejar de esperar.
La muerte es el grito de los mudos
Su cuerpo frio, e inerte, es un trueno,
La conciencia de los sordos tiembla,
Los ciegos de súbito escuchan su silencio,
Y los que creían amar, ven su miseria.
Solo hay que callar, esperar y esperar
Hasta hacer un cadaver elocuente
Que explique como callar
A los que sin parar
Hablan y hablan.
Grite su inocencia
Desde el perpetuo silencio,
Como una piedra que espera
Que un hombre le preste lengua
A golpes de silencio de cincel,
Para poder denunciar
Que vivir no es hablar,
Es solo poder esperar
A quien quiera escuchar.
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